La Cueva de los Tué-Tué
(Leyenda Mapuche - Chile)
A dos kilómetros hacia el oriente de Graneros está el "Cerro
Grande", el mayor de todos, cubierto por péumos, espinos y litres, es el último
en despedir el sol poniente. Abajo crecen arbustos que adornan las campiñas.
En el pequeño flanco, casi en la cima del monte, existe una
cueva en la que entran los viernes, cientos de "chonchones" que se conocen
también con el nombre de "Tué-Tué", por ser éste el grito característico de esta
ave nocturna, parecida a la lechuza, que encarna a los brujos.
La entrada de la caverna, que antes permanecía abierta, ahora
está cerrada. Tiene a su alrededor una pequeña partidura redonda, especie de
timbre, que tocan los brujos cuando llegan para abrir la puerta. Han tomado esta
precaución, según ellos, porque la gente de hoy es más intrusa y curiosa que la
antigua.
Los Tué-Tué, convertidos en brujos entran uno por uno y se van descolgando por
la cavidad subterránea hasta llegar al "salón" donde se reúnen y tratan los
acontecimientos últimos de su secta.
Concurren a la cueva de "Cerro Grande", brujos de, Machalí,
Doñihue, Larmahue, Graneros, Rengo, Rancagua, Almahue Viejo, Rinconada,
Cerrillos, Quinta, Coltauco y Tagua Tagua, los que al despuntar el alba empiezan
a salir. Su griterío se escucha a lo largo y ancho de la comarca; entonces los
pobladores, para que no se acerquen dicen: "Martes hoy, Martes mañana, Martes
toda la semana".
Y según las creencias, si alguien los siente y les ofrece alimentos o prendas de
vestir, vuelven al día siguiente convertidos en seres humanos a cobrar lo
ofrecido y en caso de que no se acceda, la burla es castigada con males o
enfermedades que sólo curan las "machis"(curanderos).